La semana pasada fuimos a un albergue en Polientes, junto a dos colegios Pedro Velarde y Manuel llano. Que en total éramos 93 niños.
En el autobús, fuimos pensando todo el camino en el albergue y sus rutas. Cuando llegamos nos estaban esperando dos monitoras, Celeste y Palmira. Al empezar a subir el monte,nos dimos cuenta de que no era tan fácil, con el calor y los espinos cambiamos totalmente de idea.
Cuando llegamos al albergue, todos estábamos deseando ducharnos, pero Óscar (uno de los monitores) nos dijo que llegamos tarde y que no nos podíamos duchar porque teníamos que comer, en ese mismo momento nos queríamos morir.
Óscar nos mandó hacer una fila junto a los otros colegios en la puerta del comedor. Nos sentamos de seis en seis en las mesas y cada mesa nos dio un número.
A lo largo de la semana comimos de todo: pasta, legumbres y carne, aunque la comida no era para todos los gustos.
Para los talleres y las rutas nos dividieron en 4 grupos, mezclandolos por colegios,
(Hayas, robles, acebos y chopos).
Yo formaba parte del grupo de las hayas.
Siempre después de comer teníamos un tiempo libre de hora y media, en el exterior había: Una tirolina, Columpios, toboganes, dos canchas de baloncesto, un campo de fútbol, un campo de voley, 6 futbolines y 3 mesas de pin-pon.
Los talleres trataban sobre la naturaleza, sus cuidados, y nuestra salud. Y siempre después de que nos dieran la información, hacíamos un pequeño juego para probar lo que habíamos aprendido.
Después de cenar nos daban 15 minutos para lavarnos los dientes, peinarnos y bajar a la planta baja donde estábamos todos los colegios, donde nos reuníamos todas las noches, cuando ya estábamos todos reunidos empezábamos a hacer “ el juego de la noche” con Charlie nuestro monitor de tiempo libre y las actividades de la noche.
Después de las actividades, cada noche teníamos una película, vimos cocodrilos 1 y 3 y alexander y el dia terrible, horrible, espantoso y horroroso.
Para acabar cada dia de toda la semana, veíamos a Juanjo nuestro monitor de la noche, cuando le oíamos subir por las escaleras todas nos asustábamos porque pensamos que nos iba a echar la broca . Pero tenía razón.
El jueves, que era el ultimo dia del campamento, los colegios que fuimos tubimos una fiesta por la noche, como de despedida. Pero por mala suerte yo tuve un campeonato muy importante y no pude ir a la fiesta, y ese mismo dia me fui del alberge.
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